Se atreven a seguir mis locos desmadres...

lunes, 17 de mayo de 2010

Siempre Primero de Mayo (DeMadre VIII)

No importa el tipo de trabajo, no importa con el grado académico con el que se enfrente, toda madre que trabaje –en lo que sea- es una “madre obrera” a honrar el Primero de Mayo y todos los días del año.

De manera que -insisto- esa distinción no se quede en el 8 de marzo, “Día de la Mujer”; ni en el ”Día de las Madres”, que se celebra en distintas fechas, particularmente en mayo. Por eso hoy… un día después de que en todo el mundo se celebre el “Día Internacional del Trabajo”, bendigo la fortuna de algunas "madres obreras" para destacar las carencias de otras:

Benditas las “madres obreras” que cuentan con un compañero que se ajuste los pantalones y alterne horarios para atender el fruto de su amor.

Benditas las “madres obreras del hogar”, esas madres que trabajan sin paga todas las tareas invisibles que mantienen en funcionamiento la primera célula de la sociedad mientras simultáneamente fungen de maestras, sicólogas, enfermeras, nanas, religiosas, mecánicas de bicis y cuanto juguete que se rompe… o se arma y desarma.

Benditos los hijos de las “madres obreras” que tienen el privilegio de contar con una “madre sustituta que le cuide los muchachos mientras ellas, en su rol de “madre obrera”, “trabaja fuera”.

Benditas las “madres obreras” que cuentan con la solidaridad de un jefe que les permite llevar a sus muchachitos al centro de trabajo mientras ellos hacen sus tareas en el comedor de la empresa, en un escritorio vacío, o debajo del de su mami.

Benditas las “madres obreras” que se benefician de campamentos de verano organizados por las empresas para las que laboran; y que participan en encuestas para crear centros de cuido y salas de lactancia en sus centros de trabajo.

Pero más que todas esas, “benditas las madres obreras” que solas, solteras, divorciadas o viudas que trabajan de sol a sol, o de sol a luna, o de luna a sol- y no olvidan ser Madres (en mayúscula).

Benditas las manos de las “madres obreras” que aunque enfermas, tristes, soñolientas, y muchas veces ganando menos para que los hombres que realizan el mismo trabajo, lo hacen pensando en sus muchachitos.

Benditas todas, y benditos sus hijos, por siempre. Amén


Publicado originalmente el 1ro. de mayo de 2010 en A Cualquiera le sucede)

(Foto de la web)

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