Se atreven a seguir mis locos desmadres...

lunes, 17 de mayo de 2010

“Madre sólo hay una (afortunadamente)”

No soy poeta; tampoco declamadora, ni escritora, autora, ni ninguna de esas “–oras”. De manera que a 3 días del “Día de Las Madres” me asisto de unas hermosas letras que se le atribuyen a Isabel Allende. No las encontré en la página oficial de la autora, pero navegando en la red las encuentro y reencuentro en decenas de páginas que se le atribuyen. Así las cosas, las replico con la debida advertencia.


Ella vivió la desgarradora experiencia de perder a su hija Paula a causa de una enfermedad.


Cuando por primera vez me dijeron “te mueres ya”, no le temí a la muerte. Mi miedo era que mis hijos se molestaran conmigo por dejarlos tan chicos. Los estudios demográficos demuestran que lo usual es que los hijos entierren a sus padres; y no que los padres vean morir a sus hijos. Creo que ambas situaciones son dolorosas. Yo perdí a Mami casi inmediatamente después de intentar erradicar a Intruso por segunda vez. De todas formas, aquí me valgo de la Allende para no escribir el poema que no sabría componer:


(***Si alguien encuentra el url original, por favor lo postea en los comentarios y yo lo paso al frente con uno o más asteriscos).


“Madre sólo hay una”, de Isabel Allende


Por culpa del azar o de un desliz, cualquier mujer puede convertirse en madre. La naturaleza la ha dotado a mansalva del "instinto maternal" con la finalidad de preservar la especie.


Si no fuera por eso, lo que ella haría al ver a esa criatura minúscula, arrugada y chillona, sería arrojarla a la basura. Pero gracias al "instinto maternal" la mira embobada, la encuentra preciosa y se dispone a cuidarla gratis hasta que cumpla por lo menos 21 años.


Ser madre es considerar que es mucho más noble sonar narices y lavar pañales, que terminar los estudios, triunfar en una carrera o mantenerse delgada.


Es ejercer la vocación sin descanso, siempre con la cantaleta de que se laven los dientes, se acuesten temprano, saquen buenas notas, no fumen, tomen leche.


Es preocuparse de las vacunas, la limpieza de las orejas, los estudios, las palabrotas, los novios y las novias; sin ofenderse cuando la mandan a callar o le tiran la puerta en las narices, porque no están en nada.


Es quedarse desvelada esperando que vuelva la hija de la fiesta y, cuando llega hacerse la dormida para no fastidiar.


Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto, se afeita, se enamora, presenta exámenes o le sacan las amígdalas.


Es llorar cuando ve a los niños contentos y apretar los dientes y sonreír cuando los ve sufriendo.


Es servir de niñera, maestra, chofer, cocinera, lavandera, médico, policía, confesor y mecánico, sin cobrar sueldo alguno.

Es entregar su amor y su tiempo sin esperar que se lo agradezcan.


Es decir, que "son cosas de la edad" cuando la mandan al carrizo.


Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida y que llora de emoción porque uno se acuerda de ella una vez al año: el Día de la Madre.


El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho. Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano. Por suerte hay una sola. Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces.


Publicada original y exclusivamente en Conviviendo con Intruso el 6 de mayo de 2010.


(Foto, de la Web. Nunca busqué la cámara cuando mis nenes lloraban)


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