Se atreven a seguir mis locos desmadres...

jueves, 9 de abril de 2015

¡Ya vimos “Home”!

Dos sucesos incidieron en que durante las tardes de fechas como el Domingo de Pascua, agarráramos muchachos con bártulos y adoptáramos por costumbre las tardes de Cine Familiar de Papá, Mamá y sus Dos Hijos Favoritos:

(1).  Yo me enfermé, y se me hacía difícil hacer el viaje Bayamón-Ponce-San Germán-Ponce-Bayamón; (2).   Mami murió, y cuando las Mujeres-Motor de la Familia ya no están, se desmadran casa y familia.

En fin, que Nuestro Hijo Favorito de los Mayores recordó la vieja costumbre y nos convidó el pasado Domingo de Pascua a la tarde de Cine Familiar de Papá, Mamá, con él y su esposa (Mi Nuera Favorita). Aclaro que Nuestro Hijo Favorito de los Menores (soltero y sin novia oficial) no nos puede acompañar porque vive en otro país.

¿La verdad?

Lo más que me gustó del domingo fue compartir con nuestro Hijo Favorito de los Mayores y Mi Nuera Favorita; verlos, conversar con ellos y que pudiéramos cenar fue lo mejor de la Tarde de Cine Familiar.

Lo mejor de la película fue la música, la canción tema en la voz de Jennifer López, el mensaje de que no hay menor lugar que el que llames hogar -aunque estés en otro planeta- ni mejor compañía que las personas que reconozcas como familia. 

En el caso de nosotros -que es muy particular- Nuestra Nuera Favorita es de otro país, habla otro idioma… ahora tiene un nuevo lugar que puede llamar “home”, y ha añadido una nueva familia a la que ya tenía. 

viernes, 3 de abril de 2015

Viernes Santo en San Germán

Querid@s futuros niet@s:
Les recuerdo que mi familia es de un campo de San Germán, un pueblo pequeño al suroeste de Puerto Rico. Cuando yo me criaba, era pequeño y guardián de tradiciones; desde las religiosas hasta las culinarias.

Sus padres, educados en escuelas católicas en el área metropolitana (a dos horas y media de distancia de San Germán) tenían dos semanas de vacaciones escolares durante la Semana Santa y Semana de Pascua. Nosotros, sus abuelos, teníamos trabajo excepto el Jueves Santo y Viernes Santo. 

Esos dos días los pasábamos en casa de sus bisabuelos maternos, donde los adultos ayunábamos (o almorzábamos pocas cantidades de sierra fría en escabeche acompañado de ñame banco y suave, hervido en sal, y agua, costumbre que para su abuelo es el equivalente a un atentado de homicidio por inanición). Sus padres tenían el privilegio de que la bisabuela Isabel les friera surullitos de harina de maíz.  

“Privilegio”, porque el Viernes Santo era para reflexionar mientras ustedes veían año tras año la versión Technicolor de “Los Diez Mandamientos” con Yul Brynner, filmada en el 1956 en blanco y negro.

No se cocinaba, limpiaba ni planchaba.

Nunca hicimos la tradición de visitar los 7 altares. Pero sí las demás. Esta semana uno de Nuestros Hijos Favoritos nos comentó sobre su recuerdo de las procesiones de Viernes Santo, las canciones, la “procesión de las velas” y las imágenes preciosas protegidas en urnas transparentes que cargaban hombres vestidos de negro.

Sepan que sus padres desfilaron como pueblo en las procesiones organizadas por miembros de la comunidad católica de las distintas parroquias sangermeñas. Recuerdo los sonidos de la música que golpeaba el pecho con el tun-tun de los tambores. Recuerdo también que personas comunes se convertían en actores representando Cristo, cargando la cruz literalmente a cuestas seguido de fieles vestidos como soldados romanos, a mujeres representando a la Madre de Jesús y a María Magdalena, y al resto de personajes de ese triste episodio de la crucifixión de Jesús.

Un Viernes Santo de aquellos, Nuestro Hijo Favorito de los Menores preguntó a boca de jarro que por qué hacían eso todos los años si sabíamos que iba a llover y que el “Domingo de Cuascua”, Jesús ya estaba vivo otra vez y que por eso la escuela daba otra semana de vacaciones.

La música de la banda opacó el comentario. Los pocos que lo escucharon disimularon la risa que les provocó la ocurrencia.

Cuando ese enano cumplió 8 años y su hermano 12 no pudimos volver a las procesiones de Viernes Santo porque mi condición de salud empeoró. Ellos continuaron yendo a "Camp Abuela/Semana Santa y Cuascua" por varios años. Hoy siguen la tradición sus tías-abuelas que viven en el mismo campito de San Germán, que aunque ha crecido, sigue siendo un pueblo que conserva tradiciones.

viernes, 27 de marzo de 2015

Temple, o Slime

Queridos Hijos Favoritos:
Existe una cosa que en español se llama "temple" y no significa ”templo”, como pudiera ser en inglés.

Se trata de una especie de serenidad que te permite aguantar cada sofocón injusto de parte de alguien; especialmente de los jefes. ¿Qué por qué les hablo de esto hoy?

Sencillamente porque ambos han pasado malos ratos en sus respectivos trabajos, y por la forma en que anoche me describió el último incidente el Favorito de los Menores, creo que se hace más que pertinente.

Antes que todo, bienvenidos al mundo de los adultos. Aunque no es un comportamiento estandarizado, lo van a volver a experimentar. 

Lo que me preocupa la manera en que me explicó lo que pasó y cómo se sintió. No quiero que les dé un soponcio y terminen en una Sala de Emergencia por cuenta de un ataque de alta presión, ni de la golpiza que les pueda dar un guardia de seguridad de sus respectivos centros de trabajo.

Yo no les puedo hablar mucho del temple, porque no nací con ese chip. Lo he tomado prestado en casos de emergencia cuando ejercía mi profesión de periodista. La frustración de no poder probar que una persona defalca las arcas gubernamentales, laceró mi bilis y casi boto baba verde por la boca.

Pero miren a Su Santo Padre, su éxito en el mundo de las ventas se debe a que cuando un cliente le dice de lejos que “no lo puede atender”, él se hace el desentendido. Se le acerca y le da las gracias por decirle que “no se fuera porque lo quería recibir”.

Digo, ese es un buen truco de ventas. Pero es una forma de explicarles que no pierdan la paciencia en los trabajos para que no se les pierda la baba verde.

Nunca les compré Slime, y es tarde para jugar con esa babosería verde. Así que temple, hijos de mi alma. Aunque nunca esta demás ir a orar a un templo 

sábado, 21 de marzo de 2015

Aprobada en un tris-trás la película "Home"


Acabo de hablar con Mi Hijo Favorito de los Mayores, y aprobó inmediatamente "Home", la nueva película de DreamWorks. Es que no veo películas violentas, de horror, ni de guerras, especialmente las que tengan que ver con Hitler ni Vietnam.

Ni siquiera los documentales de ese tema...

Ya me dijo que quiere ir conmigo y que me voy a sentar cerca de su esposa porque a las dos nos gusta el popcorn. 

Texteé a mi Hijo Favorito de los Menores, y también la aprobó. Él la verá en Nueva York, cuando esté disponible gratuitamente. Nosotros iremos con el Mayor, que vive a media hora casa. 

Quedamos en que sea semana y pico después del estreno porque estoy en una etapa de mi vida en la que no soporto los gritos de los niños, y pudiera llamar a Herodes... ¡durante la película, y a viva voz!

viernes, 20 de marzo de 2015

Este blog es para ustedes

Queridos niet@s de mi esposo:

Mi hijo Favorito de los Menores cree que me dio tremenda sorpresa al decirme que estuvo a punto de publicar un comentario en la entrada anterior de este blog.

Parece ser que le dolió que hubiera escrito despectivamente de su batida de "remocate" (remolachas con aguacate). Pues sepan, hijos de mis hijos y nietos de mi esposo, que este blog es para ustedes.

Como ya deben saber desde Conviviendo con Intruso, (mi trabajo final del Magister de Periodismo Digital), esta "casita de palabras y sentimientos" surgió como un anecdotario para ustedes. La idea era, y sigue siendo, que no se olviden recuerdos, chistes y canciones importantes para la familia.

Los médicos llevaban años diciéndome que me iba a morir "pronto", que el meningioma fu... que el meningioma fa...

Ruth, aquella editora chilena que sus padres deben recordar, me instó a "escribir un libro" sobre la experiencia... jajaja... como si se tratara de un articulo para la Sección de Viajes. 

Me concentré en luchar para sobreVivir y ver crecer a sus padres.

Hice la maestría que engendró los blogs durante los meses en que arreciaron las peores convulsiones que he tenido. No me rendí. Seguí estudiando y haciendo trabajos hasta tarde en la noche, o desde temprano en la madrugada.

Entradas de Conviviendo y de su blog gemelo A Cualquiera le Sucede, empezaron a incluir experiencias relacionadas a sus padres. Llegó  el momento en que eran tantas, que las uní en este blog que se llama deMadre. Próximamente les contaré sobre la expresión. No es en vano que dicen que soy "malhablada". 

Ya les conté. Los amo, aunque no hayan nacido todavía.

***Mientras tanto, Manolo, te reto a que no te escondas y cuelgues comentarios con tu nombre. 

jueves, 19 de marzo de 2015

Remolachas con aguacates

En mi puta vida pensé que mis hijos me hicieran travesuras como esta. Y menos, después de vieja.

Ellos saben que no me gusta mezclar frutas con vegetales, y que hay vegetales que nunca comería. Batata y remolacha son dos ejemplos.

Los detesto hasta de mencionar su puto nombre. Los aguacates me encantan, pero en compañía de un buen arroz con habichuelas, arroz blanco, arroz mamposteao, arroz con bacalao, y hasta con una paella... Pero, ¿con remolachas, y en una batida?

(Sorry, interrumpo la redacción por un ataque de náuseas). 

Regreso y escribo rápido. El issue es que durante una de sus breves visitas, Mi Hijo Favorito de los Menores, me preparó una "batida" con fresas y aguacate. La probé. Le dije que sabía rara. Entonces, el huevón me dijo los ingredientes.

¿Huevón dije? ¡No! "¡Güevón!" Mejor aún: "jodío güebón"; y como estás en Estados Unidos: "jodío fucking güebón". Y como nos decías cuando eras chiquito... Ahora te lo digo yo a tí: "te voy a matar".

* sobre las remolachas, hablamos otro día. Por ahora, solo te digo que debí de haberte dado una sobredosis para que te pusieras color remolacha
* deberías sentirte culpable
* también debí haberte dado una sobredosis de zanahorias, cuando empezaste a colorearte y yo creía que con las zanahorias te evitaba el uso de espejuelos
* nada de perdones por la utilización de "malas palabras". Siempre he dicho que no hay palabras "malas palabras" 
* "no hard feelings"
* no te voy a matar... aunque a veces quisiera querer...

miércoles, 18 de marzo de 2015

Los nenes ya tienen sus propios nidos


Queridos hijos de nuestros hijos:

Si les decimos que estamos orgullosos de sus padres, nos quedamos cortos. 

Quiero que ustedes sepan -en blanco y negro- que estamos rebosantes de alegría, satisfacción, orgullo y todos esos sentimientos que ustedes conocerán cuando los hijos de sus hijos adquieran sus propios hogares.

Nuestro Hijo Favorito de los Mayores compró un apartamento en Santurce, un vecindario que en otra época hubiera sido de "dudosa reputación". 

Nuestro Hijo Favorito de los Menores compró un apartamento en Harlem, un sector de Nueva York de ultra mega "dudosa reputación" desde que el mundo es mundo.

Aun así, apoyamos sus respectivas selecciones de vecindarios, desde antes de que juraran y perjuraran que ambos sectores se estaban "arreglando" y en vías de convertirse en áreas "hip". En ese momentos no sabíamos si eran "hippies" (horror, dijo Mamá Gallina), hip-nóticos, o de hip-ocondríacos... pero apoyamos a nuestros muchachones, ya, de 28 y 24 años. 

Acompañamos al primero en todas las etapas del proceso de compra. Visitamos e inspeccionamos la propiedad, nos fajamos con los del banco; con los dueños del proyecto, y cuanto ser humano imaginara boicotearlo. Al final, su abuelo lo acompañó el día de la firma de las escrituras.

Gran satisfacción.

Nuestra aportación de orientación con el segundo, fue igual de intensa. Aprendimos sobre las leyes que rigen transacciones. Nos fajamos con un abogado  por teléfono y por Internet. Me imagino que ambos métodos serán "primitivos" para cuando ustedes sean adultos.

Igualmente pienso que para esa época no se estilará que los padres sean tan amorosos, ni estén tan vigilantes de los intereses de sus hijos. Las computadoras nos sustituirán. 

Lo que no van a poder replicar son los besazos y las alegrías nuestras de saber que cada uno ya tiene su propio nido.