Se atreven a seguir mis locos desmadres...
martes, 9 de julio de 2013
Bertha y Chantal
domingo, 26 de agosto de 2012
Dulce destrucción
lunes, 7 de mayo de 2012
“Nova 1972” (lll)
domingo, 25 de marzo de 2012
“Nova 1972” (II)

domingo, 6 de noviembre de 2011
"¡Que no es una casa, que es un bote!"

El espíritu de Sancho Panza siempre ha estado en casa... manifestado de muchas formas. Esta en particular, la explico despacito aunque no sea un issue complicado: creo en los intercambios estudiantiles. Por eso envié a París a mi Hijo Favorito de los Mayores en contra de la voluntad de muchos. Me explicaron que iba “a la casa” de una familia “típica parisina de clase media" -como nosotros- y, que vivían “en una casa pequeña”. El chico –de 15 años, al igual que el nuestro- estudiaba en un colegio jesuita.
Nosotros somos una familia asalariada típica de clase media que estira el peso y se rasca el bolsillo para pagarle la mejor educación a nuestros hijos: mi esposo es representante de ventas y yo, periodista. Ambos dejamos el pellejo en la calle. Nuestra casa, es un hogar normal, enclavado en un terreno tan pedregoso, que hubo que dinamitarlo.
Hasta ahí, santo y bueno. No supimos mucho de nuestro hijo una vez llegó a Paris. Solo que todos estaban bien y muy contentos con sus respectivas familias. Usábamos un sistema de llamadas “económicas”, cuyo nombre se me escapa. Lo sugirió Line, la maestra de francés que coordinó el intercambio. No teníamos celulares, y nuestro hijo no aparecía. En la “casa pequeña” no había teléfono ni línea de internet. De todas formas, no conocíamos Skype. Por la red de las madres histéricas que enviamos a nuestros hijitos amados "al otro lado del charco" a aprender francés, me enteré que "la casa pequeña", ¡era un bote! Para llamarnos de un teléfono público nuestro principito debía atravesar un sector de reputación dudosa.
En ese momento me vino un “flachazo”: la imagen de Sancho haciendo entrar en razón a su jefe: “Don Quijote, que no son gigantes, que son molinos”. Mi hijo me diría: “Mamá, tranquila… que no es un bote cualquiera, ¡es una casa-bote!”
A su regreso, el chico nos contó las maravillas de haber dormido mecido en el Sena y mirando la Torre Eiffel vestida de luces desde la pequeña ventana del minúsculo camarote que fue su habitación; del baño y de las maniobras que hacía para descargar.
Su experiencia fue la envidia de todos los compañeros, que lo visitaron más de una vez. Su familia fue la única en celebrar el Día de Pentecostés paseando río arriba hasta llegar a un islote donde se festejó con comida en abundancia y música; una escena muy similar a la escena de la fiesta en “Chocolat”…
lunes, 22 de agosto de 2011
Mis chicos protestones (pensantes)

Durante los últimos días –y hasta el miércoles- coincidimos el 100% de la familia en casita. Ayer, Irene nos ocupó en los preparativos pre TT (tormenta tropical con visas a convertirse en huracán). Con la intensión de no perder la costumbre de colgar la Canción de Domingo -aunque sea lunes- le pregunté a nuestros hijos cuáles son sus canciones favoritas al día de hoy.
Me contestaron como yo hubiera contestado: que no tienen una. Insistí en que cada uno me dijera una para colgarla en este blog, que aunque no lo leen, saben que existe.
Cuando me subieron las canciones por YouTube, confirmé lo que siempre he sabido… que si le enseñas a tus hijos a pensar… ¡estarás orgulloso de ellos!
Cualquier duda, me refiero a los mensajes de las siguientes canciones. La primera, “Robots”, de Dan Mangan, fue la selección de Mi Hijo Favorito de los Mayores. La conoció en un festival de música en Ottawa. La segunda, “¿Por qué no se van?”, de Los Prisioneros, fue la escogida por Mi Hijo Favorito de los Menores. Se la dio a conocer un amigo universitario que estudia con él, ¡en Estados Unidos!
Ambas piezas pudieran estar catalogadas en el renglón de “música de protesta social” de nuestra época. O sea, que hijos de protestones...
domingo, 10 de julio de 2011
Feliz cumple hijito

Querido Hijo Favorito de los Mayores: Te celebramos el cumple 26 con Soledad, como te prometí. No cantó la canción que provocó tus primeras pataditas en la casita de mi vientre, pero no hizo falta. Después que te alcancé en aquella estrella, nos cambiaste la vida. Anoche estuviste presente conmigo y con tu padre, que no me soltó las manos en todo el concierto.
Claro, ni te creas único dueño de nuestros pensamientos (durante el concierto). Los compartimos con tu hermano y con la convulsa época sententosa que ustedes conocen por boca nuestra, la música "de protesta social", y por Wikipedia. No tengo que repetirte lo que significas en nuestra vida, ni por qué celebro como míos tus cumpleVidas. Tampoco por qué me controlo en público de hacerte las cucas-monas, y tonterías que hacemos en casa. ¡No es lo mismo a un adolescente, que a un abogado!
En fin, te digo las otras chulerías sobre nuestros amores en privado. Que no se enteren tus futuros hijos -los futuros nietos de mi esposo- ni las maravillosas madres que tendrán. Esos cuentos te tocan a tí.
Asegúrate que llegas de Montreal con el estuche de la hermosa pluma fuente que firmará tus actas notariales y otros documentos oficiales. Escoge el mejor. Es mi regalo material para tus 26. Pretende ser un recordatorio de lo importante que es proteger a los tuyos –tus futuros tesoros- y de paso, darle "Gracias a la Vida".
Te amamos.
(Ilustracion, de la Web... no iba a autofotografiar ese momento de intimidad familiar...)
sábado, 2 de julio de 2011
“Mi’jito, me lo dices por facebook”

Cuando escuché eso por primera vez, entré en un ataque catatónico que muchos confundieron con un episodio de convulsiones. ¿Yo enterarme de las cosas de mis hijos por facebook? ¿Y qué de la comunicación que había desarrollado con ellos desde que eran bebecitos y les enseñé a decir “mamá”? ¿Y qué de aquellas horas conversando con ellos antes de que aprendieran a hablar? ¿Y cuando los acostumbré a comentar sobre los eventos diarios con el “¿cómo te fue hoy, mi vida?”
Naaaaa… eso no me va a pasar a mí, me dije. Entonces llegó facebook y lo cambió todo… hasta el texteo alteró el flujo de las conversaciones con mis principitos.
Anteayer, por ejemplo, Mi Hijo Favorito de los mayores, volaba San Juan-Miami-Montreal.
-“Textea cuando pases los gates”, le dije, para estar tranquila de que alguna/algún agente de seguridad no lo hubiera ordenado desvestirse y modelar para garantizar que no ocultaba drogas ni objetos punzantes (ouch…). Es tan guapo mi hijo, que cualquiera se puede aprovechar para alimentar la pupila.
-“Si Máma. Tranquila, te texteo”
-“¿Llevaste el cargador?”, le pregunté sin disimular la “Mamitis Aguditis Angustiusam Grado I”.
-“Si Máma. Tranquila. Tengo el cargador del iPhone”
-“¿Funciona bien tu iPhone en Canadá?”, y con el comentario, supe que había colmado la copa. Pero mi bebito respondió con la paciencia heredada de su padre.
-“Si Máma, funciona bien. Recuerda que he ido a Montreal muchas veces en los últimos años y siempre funciona”.
-“Okey, perdona, se me pasó. Es que el que tienes, es 3G, y ahora hay uno 4G”, dije haciéndome la boba que él sabe que no soy. Hummm… Y me dije a mi misma: “Misma Mamá Gallina, ‘watch out’, que un abogado que cumple 26 años el próximo sábado puede perder la paciencia...” Pero en este punto el gallineo era incontrolable:
-“Recuerda ponerle un seguro al carro que alquiles. Recuerda lo que nos pasó en Portugal”, dije prometiéndome a mi misma “Misma, 'enough'. Cierra el pico y encomiéndaselo a la Virgencita. ¡Tú, tan devota que eres!”
“Ya, Máma. Tengo el cargador, el iPhone, y el pasaporte. El carro tendrá seguro. Todo está bien”.
-“Okey, mi vida. Que tengas buen vuelo. Me avisas cuando llegues a Miami y luego a Montreal”.
El cuento se convirtió en una pesadilla porque el vuelo se atrasó más de 4 horas. Supuestamente se dañó una pieza del avión y cerraron el aeropuerto por alguna razón que no quiero conocer. El chico texteó cuando llegó a tierra firme en Montreal. Y ya. No lo he querido textear, ni llamar, ni dejarle mensajes de voz. Si el lo hace, Santo y Bueno. Pero trackearlo cuando está con su novia… jamás.
Eso de “Mi’jito, me lo dices por facebook”, se lo dejo a Vivian. Ella es mi amiga-colega en la maternidad-pero no en la forma de ser madre... ni en la de facebookear. Ahora bien, si mi comadre se entera de algo y me quiere decir...
¿Yo? Ni loca. Aunque me corroa. Ni se crean que voy a averiguar cómo le va, buscando sus estatus en facebook. ¿Y si dice una atrocidad que active mis convulsiones? ¡Nonines!
(Ilustración del Guebbbbb. No faltaba más. Los estoy anunciando...)
domingo, 26 de junio de 2011
No es lo mismo Soledad Bravo que “La soledad es brava”

Hace par de domingos retamos a un tremendo aguacero para comprar los boletos del concierto de Soledad Bravo. Subí la entrada (el “post”) y minutos más tarde, el Padre de las criaturas y yo recordábamos lo mucho que nos gustaba la cantante, que en su momento hubiera podido catalogarse de revolucionaria.
Mientras él conducía, recordamos la magia de aquél concierto que Mi Hijo Favorito de los Mayores escogió para hacerse sentir con su primera patadita. ¡Esta vez iríamos al concierto el día del cumpleaños número 26 de aquél bebecito!
El diluvio arreció y en vez de ir al Centro de Bellas Artes de Guaynabo, donde se celebrará el concierto el próximo 9 de julio, nos quedamos en un centro comercial del vecindario. Allí, según el anuncio de radio, los boletos estarían a la venta. Encontramos estacionamiento bajo techo inmediatamente. Buena señal. Localizamos el recoveco de la sección de música de la tienda por departamentos. Y esa fue la última de las buenas señales.
Sin ton ni son, la cajera nos dijo que con los truenos se le había “caído el sistema” de Internet que conectaba con la boletería. “¡Qué porquería de sistema!”, pensé. Con la diplomacia que yo no tengo, mi esposo tomó la palabra:
-¿Estará lleno? Necesitamos boletos en el área de personas con impedimentos y sabemos que son pocas”.
-Es que sin sistema, no le puedo decir como se ha vendido esa obra de teatro.
-Mire, es un concierto, no es una obra de teatro.
-¿Y se llama ‘Soledad la Brava’? ¡Ah! Aquí aparece algo el 7 de julio.
-No. Es el 9 de julio. Y no es “algo”. Es un concierto que auspicia Radio Universidad.
-“¿Radio Universidad?
Ya mis carcajadas contenidas se convirtieron en otra cosa y le quité “la voz cantante” a mi esposo:
-Vamos a lo que vinimos: si trabaja en una sección de música, vaya a Internet cuando le suba SU sistema, para que al menos parezca que sabe algo. Mire bien el calendario, que un jueves 7 no es lo mismo que el sábado 9. Y sepa que no es lo mismo Soledad Bravo que “La soledad es brava”.
No salí rumiando para no avergonzar más al Padre de las criaturas. Ya al llegar al auto nos habíamos reído tanto a costa de la ineptitud de la chica, que decidimos perdonarle a sus padres que no le hubieran canturreado ninguna melodía de Soledad Bravo. ¿Que trabaja en una tienda de música y no sabe la identidad de una cantante? Pues eso explica el éxito de iTunes. Para darle el beneficio de la duda, voy a pensar que las pocas personas que han comprado los boletos en esa tienda, no lo hicieron en el turno limitado de ese pichón de empleadilla.
De seguro que a la chica nunca la arrullaron al son del “Pajarillo Verde”, ni le dijeron que cuando llueve puede recibir una ensarta de cangrejos. Quizás el único cangrejo que conoce es el del signo del horóscopo de los que cumplen esos días… como nuestro primogénito.
(Foto de la Web)
“Pajarillo Verde”
Pajarillo verde, cómo no quieres que llore,
pajarillo verde, cómo no voy a llorar,
ay, ay, ay, si una sola vida tengo,
pajarillo verde, y me la quieren quitar
Pajarillo verde, cómo no quieres que llore,
pajarillo verde, cómo no voy a llorar,
ay, ay, ay, si los grillos que me quitan,
pajarillo verde, me los vuelven a pegar.
Pajarillo verde, y ayer fuiste a cortar leña,
pajarillo verde, pasaste por mi conuco,
ay, ay, ay, y todo el mundo lo supo,
pajarillo verde, por tu mala compañera.
Pajarillo verde, qué te puede dar un indio,
pajarillo verde, por mucho que tú lo quieras.
Ay, ay, ay, una ensarta de cangrejos,
pajarillo verde, y eso será cuando llueva.
sábado, 18 de junio de 2011
Súper Papá: “motivador” del deporte del aro y el balón (IV entrega)

Con la llegada de Mi Hijo Favorito de los Menores, Súper Papá logró la meta de contar con un baloncelista “in house”. No es que no estuviera feliz de que Mi Hijo Favorito de los Mayores no fuera deportista… ¡Nooooo! Es que Súper Papá quería un baloncelista. Jugara bien, regular, o mal… pero específicamente un baloncelista.
Llegó el enano menor y volvimos al mismo ritual (véase la serie de "Súper Papá: motivador blah, blah blah de baloncesto") Volvimos a las diminutas zapatillas Converse… etc.
Esta vez, el bebito llegó con el chip de "voy a jugar baloncesto" integrado. Además de mostrarse “receptivo”, al chico le gustaba el juego. Sospecho que el padre lo hipnotizaba desde antes de nacer mientras yo dormía. Al nacer, estoy segura que hacia otro tanto durante sus ratitos íntimos aprovechado esos minutos mientas yo me bañaba o cocinaba. El asunto es que -a pesar del chip y de las sesiones de hipnosis- según se desarrollaba el recién nacido, menos características de atleta mostraba. Al nacer se le salieron de sitio ambas caderas, apenas se volteaba porque sufría de reflujo crónico, y se retrasó en hablar.
¿Panorama difícil? ¡No para Súper Papá! Paciente, y seguro de su meta, logró que el bebito superara cada una de las “situaciones”, no “impedimentos”. A los 4 años, ya estaba capacitado para jugar baloncesto, correr en la cancha y hasta gritar “briuto” cuando un compañero cometía un error.
Su hermano mayor y yo quedamos como víctimas del otro 50% de la familia: tendríamos que ir a las gradas a aplaudirle al equipo de los rojos. Posteriormente, los azules, los verdes, los amarillos, los negros, los blancos, los chinitas, rosados, lilas, violetas… grises… turquesas... según creciera y cambiara de equipo al ritmo de los torneos.
En fin, a Súper Papá se le dio la ilusión de tener un hijo baloncelista.
*De nuevo… “La saga continúa…”
viernes, 17 de junio de 2011
Súper Papá: "motivador" del deporte del aro y el balón (Parte III)

A los 5 años y tras innumerables esfuerzos y distintas estrategias –todas producto del ingenio de un Súper Papá fanático del baloncesto- no se había logrado que Mi Hijo Favorito de los Mayores se entusiasmara por el deporte del canasto y el balón.
Mi esposo se valió de todo tipo de artimañas: que si fulanito, el vecino necesitaba un compañero de juegos; y que si él tenía el cuerpo con los atributos apropiados (largo, flaco y rápido). Entregando el cheque para ingresar “a las malas” a lo que debió ser una actividad divertida, el chico hizo un issue que rayaba en un posible caso de maltrato y le exigió cinco razones por las que debía jugar baloncesto. Mi esposo se valió de los argumentos que pensó necesarios, y añadió dos:
1. Porque es un excelente ejercicio
2. Porque ayuda a desarrollar destrezas motoras
3. Porque te ayuda a socializar con otros niños de tu edad que estudian en otras escuelas
4. Porque es el deporte nacional de este país
5. Porque ya habíamos hecho el compromiso tu y yo
6. Porque por haber hecho el compromiso, pagué la matrícula y el uniforme
7. Y porque soy tu padre, y te lo digo.
Demás está decir que ese día Mi Hijo Favorito de los Mayores jugó con el entusiasmo de un aspirante al NBA; que metió los únicos puntos de su brevísima carrera en el deporte del basket; que cuando llegó a casa, siguió practicando en un canasto que su padre le había comprado… y que en la noche, le dijo las palabras más dulces que había escuchado Súper Papá sobre el deporte: “quieres ver el partido de esta noche?”
Eso sí; vale aclarar que fue la penúltima vez que tuvo un balón en su mano. Y que en vez de una carrera de atleta, se convirtió en abogado. ¿Será para defenderse de un padre que aunque ya no puede jugar baloncesto, todavía le quedan fuerzas para seducir/ hostigar a sus niet@s para que se “enfiebren” en el deporte del balón?
Eso estaría por verse.
jueves, 16 de junio de 2011
Súper Papá: "motivador" del deporte del aro y el balón (II)

Cuando algo no te gusta, no te gusta… y punto. Siempre lo he entendido así, especialmente con lo que deben ser “actividades recreativas”. ¿Cómo te va a divertir algo que no te gusta? Todavía más inaceptable –pienso yo- es obligar a un muchachito a pelearse con otros para quitarle un balón y tirarlo en un canasto.
Pude neutralizar el “castigo” de jugar baloncesto hasta que Mi Hijo Favorito de los Mayores cumpliera los 5. Ya para entonces, su Súper Papá había localizado una escuela con el temido “castigo”: clínicas y competencias de baloncesto para bebecitos de 5 años. “¡Horror!”, dijo la Mamá Gallina, “de ésta, el nene no se salva”.
Entonces, le pedí apoyo a mis padres, “los Agüelos de San Germán”, un pueblo de larga tradición de triunfos en el baloncesto con su equipo de “Los Monstruos Anaranjados”. Durante ese verano de “Camp Agüela”, les asigné la tarea de llevarlo a juegos del campeonato nacional, como hacían con nosotros. De paso, que le explicaran las reglas “en vivo”. El “crash course” incluiría los pitidos de mi madre y el vicio de mi padre de llevar un radio portátil para escuchar la narración de su comentarista favorito.
De regreso a casa, tras el verano “Camp Agüela", ya estábamos listos para que Súper Papá lograra su hazaña, pero nos dimos cuenta que todos los esfuerzos fueron en vano.
No le gustó y punto.
*La saga continúa…
martes, 14 de junio de 2011
Súper Pápa: "motivador" del deporte del aro y el balón (I)

Si mi esposo no hubiera tenido hijos varones, con el mismo empeño hubiera instado a sus hijas hembras a jugar baloncesto. ¿Dije “instado” y “con el mismo empeño”? Pues no. La verdad es que los/las hubiera “obligado” de igual manera.
Lo debí haber intuido desde antes de casarnos, cuando por encestar un canasto le cortó la cara a un colega periodista, ¡de un codazo! O cuando un editor me dijo en las gradas que mi esposo “se movía" bien en la cancha, "a pesar de estar gordito”. O cuando nos mudamos a un vecindario de matrimonios jóvenes y él organizó un torneo de baloncesto con 4 equipos de enanos.
Con cada aborto espontaneo que sufrimos, sé que además de la pena de que se nos malograra un bebito, a él se le prolongaba la espera a ser papa/coach de un enan@ que se le pareciera. Con nuestro primer hijo - un hermoso bebé que el Cielo nos tenía guardado en una estrella- revivió su afán de tener un baloncelista “in house”.
Antes de pararse, ya el niño contaba con unos mini tenis y una bola más grande que su cuerpo. Me opuse a los tenis porque entiendo que en nuestro clima los bebitos están más cómodos sin zapatos. Tan pronto el enano se puso de pie… ya no tuve excusas. Eran unos micro Converse negros. Me complació al comprarle un canasto y una bola de juguete, apropiados para infantes.
Me opuse a matricularlo en “clases de baby baloncesto”… primero porque no había; segundo, porque no quería que él se las inventara; y mi mejor argumento: “es más apropiado que por su seguridad, los infantes aprendan a nadar que a fajarse en la cancha, arriesgándolo a que le corten la cara de un codazo”.
¡Un golpe bajo genial! Así soy cuando se atenta contra mi naturaleza de Mamá Gallina.
miércoles, 11 de mayo de 2011
¿Papá lactante?

Ahora es un chiste familiar, pero en verano de 1985, el evento no le hizo gracia al Súper Papa de Mis Hijos Favoritos. Ésta es la historia:
A la semana de parir sin parir a Mi Hijo Favorito de los Mayores, mi esposo me llevó al ginecólogo... con el bebé que lactaba “full time”. Debo aclarar que era una escena tierna que no se daba a menudo en aquella época, cuando la lactancia no estaba “de moda”, como ahora.
Cuando me toca el turno para el examen médico, ya cambiada en la bata y recostada en la camilla, entra una enfermera arrastrándose de la risa.
-“¿Tu bebito tiene hambre?”, me preguntó a diente pelao’.
-“No creo. Le dí teta en el camino para que durmiera una siesta acá”, le dije con la seguridad de madre experta gracias a los libros de autoayuda.
-“Pues creo que se quedó con hambrecita. Te lo voy a pasar para que lo alimentes”, me dijo con sonrisa de alguna complicidad que no entendí en ese momento.
El doctor –Mi Titán de manos grandotas- me atendió inmediatamente después. Sin prisa, pero sin pausa. Comprendí las risitas de las enfermeras cuando llegue a la recepción y me recibieron casi con aplausos. Es que Mi Hijo Favorito de los Mayores no logró diferenciar el aroma de mamá del de papá y buscó en vano un pezón donde solo había una tetilla. Por eso armó su primera revuelta pública.
¿Alguien conoce la canción infantil “Las Madreselvas”? Me la cantaba mi madre, la super Agüela Isabel. ¡Nunca he escuchado “Los Padreselvas?
viernes, 6 de mayo de 2011
Mi tarjeta favorita deMadre

¿Que cómo lo supe? Primero porque acostumbraba a comprar materiales escolares a principio de semestre, y ya para mayo… las que fueron acuarelas tenían menos de “acua” y más de “relas”. Por eso la textura de los pétalos blancos destacaba sobre el verde desteñido. Una verdadera obra de arte
¿La vena artística? De nadie. Para eso le pagaba clases de arte con una gran amiga, que además de enseñarles arte, les regalaba amor del bueno. ¿El mensaje? Decía algo relacionado con mis eternas críticas al establishment; que a las madres se les quiere TODOS los días y se les debe repetir a besazo limpio cuantas veces se pueda; peeeeeero, por ser Día de Las Madres... lo decía por escrito y con regalito.
Nada,un mensaje como salido de mi boqueta cínica (lo que se hereda, no se hurta). Divino, ¿verdad? Lo amo. Años después me hizo tarjetitas con un programa de compus que desapareció en algún momento… según se han ido comprando PC’s más modernas. El domingo espero una nota redactada con su nueva pluma fuente Caran d'Ache en tinta Blue Sky; hermoso instrumento con el que firma documentos legales.
A ustedes, Nietos de Mi Esposo e Hijos de Mis Hijos… otra idea para que halaguen a sus respectivas maravillosas madres (Nueras de Mi Esposo)… ¡una tarjeta con Flor 3/D!
(Ilustración, del GUEB. ¡No muestro la tarjeta de Mi Hijo Favorito de lo Mayores para que no quede en el Web y la copien!)
domingo, 1 de mayo de 2011
¿Qué película puedo ver?

Replico los mensajes de texto que crucé con mi hijo Favorito de los Mayores anoche, antes de ver una película alquilada en casa, con su Súper Papá.
El chico (un abogado de casi 26 cumpleaños) había salido a una fiesta con los amigos antes de que su padre me propusiera un excitante plan sabatino después de una cena de carne roja, tortellini y tomates: ver un DVD en la sala de estar de nuestro hogar.
No quise postre ni pop corn. Preferí concentrarme en confirmar si la película que vería superaba la aprobación anti estrés.
Apr 30, 2011 8:46:27 PM
*Puedo ver ‘The Tourist’?
Es apta para mi?”
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Apr 30, 2011 8:47:37 PM
“Es parecido a mission imposible.
creo q si”
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Apr 30, 2011 8:51:13 PM
No creo q mucha gente crea q tu
madre te llama (textea) para pedir el visto bueno
para ver una película.
Jajaja
Obedece: No bebas mucho y guía con
cuidado.(inevitable, habla la madre)
Te amo.
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Apr 30, 2011 11:59: 40 PM
Me gusto la pelicula. Gracias x darme
el visto bueno.
Todo bien? No te excedas en las bebidas.
Aunque estén cerca, cuidado en la
calle. Esta lloviendo.
Te amo.
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May 1, 2011 12:00:41 AM
Me alegro; te amo!
##
May 1,2011 12:01:32 AM
Besitos cuando llegues? Plis!
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May 1, 2011 12:07:23 AM
Ok
##
No me avergüenza admitir que soy de las pocas personas que le gusta saber la trama, y en algunas ocasiones, el final de películas que me parezcan violentas. Tampoco me apena admitir que no veo películas relacionadas con el Holocausto ni Vietnam. También están "out" las pelis de “acción”, pistoleros, mafia, asesinatos de niños, asesinos en serie… las de “mostros” sanguinarios… descabezados, o descabezadores… Para eso, veo las noticias, que son gratis.
Mis Hijos Favoritos se rien de mi ante mi “actitud” con pelis como :”Braveheart”. ¡Es que Mel se ve tan guapo con la cara azul! En los minutos de “AV”, o Alta Violencia, cierro los ojos y me pego un grito. Cuando no hago eso, es porque grito primero y cierro los ojos después.
¿Cuáles tolero? Pues si cierro los ojos en algunos episodios…Mission Impossible, James Bond, The Pirates of the Caribbean, todas las de Star Wars, y hasta Lion King. Pero son tantas las películas de las que “me autocensuro”, que se me ocurre pensar que debería haber una clasificación nueva.
Actualmente son G, GP-13, R, NC-17, NC, y las famosas X, XX, y XXX. La nueva clasificación seria AEAPM, o sea, “Anti Estrés, Apta Para Mami”.
domingo, 24 de abril de 2011
¡Felices Cuascuas!

De chiquitos -y con grandes sacrificios- Mami nos compraba ropitas nuevas para estrenar en la Misa de Pascua de Resurrección. Era una tradición “de campo” con una connotación religiosa. ¡Pero, con seis muchachos! No era fácil. De hecho, muchas veces nosotros estrenábamos y nuestros padres, no.
En algún momento dado, “aparecieron” pollitos de colores como regalo de Pascua, que según crecían, botaban el ‘color de pascua” y quedaban con el que heredaron de su genética para convertirse en gallos o gallinitas que se unían a los de años (Pascuas) anteriores y ponían huevos de casco “normal”… no de colores.
Cuando nació mi Hijo Favorito de los Mayores, Agüela Isabel le regaló un “gansito bebé” para conmemorar su Primeras Pascua de Resurrección. Para que el animalito plumoso se criara bien, tuve la gran idea de que fuera en el campo. De manera, que según llegó, regresó a casa de los agüeros.
Celebrábamos cada Pascua en la Misa de en la Capillita San José, en el campo… donde mis hermanos y yo hicimos la Primera Comunión
En cada visita a casa de los “Agüelos de San Germán”, veíamos cómo el gansito se convertía en un esbelto ejemplar. Algunas Pascuas, después llegó su pareja. Y con ella, muchos gansitos fuera de Pascuas.
Nació Mi Hijo Favorito de los Menores, y con el privilegio de ser "el menor" las Pascuas cambiaron a las “Cuascuas”. Para ese entonces yo había cambiado la “tradición” de regalar atuendos nuevos. Solo camisa. Tampoco se regalaban animales vivos.
Los conejos o pollitos era de marshmellow o malvavisco.
Hoy, Mi Hijo Favorito de los Mayores está en Montreal y mi Hijo Favorito de los Menores, en Boston. Producto de colegios católicos… no van a Misa. Pero ya a estas horas, recibieron sus respectivas bendiciones de Cuascua de Resureccion y sus cajitas de pollitos y conejitos… ¡gracias gmail!
A ver cómo cambia la tradición para cuando ustedes, Nietos de Mi Esposo, hayan bajado de las estrellas… Yo… los invito a La Misa de la Alegría...
martes, 15 de febrero de 2011
Father & Son (Cat Stevens)

Lo más lógico hubiera sido dejar para el próximo domingo la Canción de Domingo, pero “Father & Son” de Cat Stevens (cuando era hijo, y ahora Yusuf Islam, convertido en padre), no va a esperar ni 5 días; ni 4 meses, cuando se conmemora el Día de los Padres por éstos lares.
La conversación que surgió hace más de 30 años con una sencilla guitarra, fue atemporal y lo sigue siendo. Me impresionó durante mi época meridianamente hippietona... y me erizó la piel cuando le presenté a Cat Stevens a Mi Hijo Favorito de los Mayores, hace 10 años. Hoy, me aterra su proximidad, pero a la vez me enorgullece ver que cada uno de mis dos hijos -Mi Hijo Favorito de los Mayores, así como Mi Hijo Favorito de los Menores- está tomando el rumbo que escogieron sin intervención patern0/maternal… aunque vayan dejando el nido vacío.
Tan atemporal es la canción, que el mensaje va para los futuros nietos de mi esposo y sus amorosas madres.
(Foto, de la Guebb)
Cat Stevens
domingo, 6 de febrero de 2011
Los dos Cachitos míos

Los nietos de mi esposo e hijos de mis hijos deben saber -en caso de que yo no los conozca- que cada uno de sus padres es un “Cachito mío”.
Igual de especial, igual de amado. No hay favoritos. Aunque ésta canción me recuerde más al sandunguero, pícaro y salaíto “Prieto de Aguela”… Hoy día, Mami (o sea, la bisabuela materna de ustedes, “nietos de mi esposo, e hijos de mis hijos”), también diría que su Primer Nieto Favorito es tan “cachito y satito” como el Segundo.
¡Ay Mami! Aquí va esta Canción de Domingo dedicada a tí y a mis dos Cachitos: Mi Hijo Favorito de los Mayores, y a Mi Hijo Favorito de los Menores. Es la canción que tu nos cantabas a tus seis Cachitos… y que yo le repetí a los dos míos.
En éstos momentos, Mami, no sé si las amadas madres de los nietos de mi esposo las cantarán… pero aquí quedo en récord por si los enanos de tu cuarta generación se crían entendiendo español... ¡o japonés!
(Foto x Cass, del Álbum Familiar... mis dos Cachitos, con su Cacho de Padre)
Cachito, Cachito, Cachito mío,
lunes, 29 de noviembre de 2010
Pedro y el Lobo sinfónico en el Conservatorio

Confieso que he sido injusta con Mi Hijo Favorito de los Mayores. El sí recuerda música de su “infancia”. Selectivamente...
Esta mañana me dio esa satisfacción. Mientras yo saboreaba medio dormida el primer golpetazo de cafeina, me llenó de besos y me dijo que se sentía feliz de haber encontrado una versión “presentable en sociedad” de Pedro y el Lobo, la composición sinfónica de Sergéi Prokófiev escrita en 1936 después de su regreso a la Unión Soviética.
Basada en el cuento popular ruso "Pedro y el Lobo"; es una obra didáctica cuya moraleja refleja la importancia de la sinceridad. La obra de Prokófiev es un cuento infantil, con música y texto adaptado por él, con un narrador acompañado por la orquesta.(¡Gracias Wikipedia!) .
Eso de “presentable en sociedad”, lo digo yo -no lo dice él- que no heredó suficiente cinismo de su línea materna porque yo me lo quedé.
La pieza es especial en casa porque fue de los primeros conciertos sinfónicos a los que llevé al enano. Me encargué de que le gustara. Tocaba la Sinfónica de jóvenes del Conservatorio de Música de Puerto Rico, y la representación teatral estuvo a cargo de niños actores.
-“¿Puedes identificar al gato por el sonido del instrumento? ¿Y al pato? ¡Cuidado que los cazadores han disparado!”
A la salida, le compré una T-shirt del evento. Y esa Navidad, los Reyes le dejaron un hermoso ejemplar de letras y sonido, de la obra… que escuchó y escuchó, y escuchó.
Con la moda de las iPods (¡ay pod!) perdió la grabación. La tarareó durante años, pero no fue hasta esta mañana que la puso en la compu para que yo recordara…entiéndase… para ayudar a mi memoria selectiva.
Libro y disco LP todavía existen para ustedes, nietos de mi esposo. Además, pueden reclamar la versión de iPod… u optar por YouTube, o por los medios más modernos que existan cuando yo no.
Lo que sí me gustaría es que sus padres los lleven a una versión sinfónica/teatral en vivo. ¿Les gustaría?