Se atreven a seguir mis locos desmadres...

sábado, 17 de julio de 2010

Arroz, leche, huevos, cursos de ortografía y de lógica pre GPS

Mis hijos se convirtieron en los encargados de hacer la lista de la compra desde que pudieron agarrar un lápiz. Yo dictaba, y ellos escribían. Fideos, papas, habichuelas. Al principio, me memorizaba los artículos porque no tenía forma de entender los garabatos de enanos de dos años. Cebollas, jabón de fregar, comida de gatos. En los inicios del Montessoriniato, se podían distinguir algunas letras. Guineos, pan, tomates.

Ya en la etapa inicial de primaria, la lista tenía que ser legible y las habichuelas tenían que tener sus dos aches; el atún se compraba con acento en la u; y, el pescao tenía que ser pescado. Entre segundo y tercero, había que mejorar la caligrafía. Lechugas frescas, del país, habichuelas verdes –nunca berdes- y maíz en mazorcas, con sus debidas zetas. De cuarto a quinto, ellos debían hacer el inventario de lo que faltara en la alacena; pero siempre cuidándose de errores ortográficos, y con letra legible y linda. Ajos, pimientos, pechugas de pollo.

Escuela intermedia debió haber sido de pesadilla. Debían recorrer la casa para ver qué hacía falta en baños, botiquines y laundry. Papel sanitario, jabón de baño, blanqueador; aspirinas, palillos de oídos, mapo.

Se complicó en superior. Tenían que pensar en los ingredientes del menú. De manera que si su padre se antojaba de sopa de lentejas, no faltara nada. Lentejas, jamón, apio. ¿Guiso? Pimientos, cilantrillo, culantro. Ya en universidad, además de hacer la lista de la compra, debían hacerla por tiendas y rutas para ahorrar gasolina y tiempo. Los plátanos verdes, bien verdes, y la calabaza fresca -cortada al frente de ustedes- se compran en el tenderucho detrás de Pueblo y el que conoce mis gustos es el hijo del dueño, el muchacho joven y guapo y de la sonrisa más linda… después de las de ustedes, mis hijos. Cuando suban la cuesta, entran a Amigo. Allí se compra el jugo de china Tropicana, con gajitos y mi yogurt favorito - el del envase verde- que puede ser de cualquier sabor de frutas, nunca de vainilla y ni light. Amigo los tiene a mejor precio, en paquetes de cantidades moderadas… Aunque siempre son frescos, verifiquen la fecha de expiración.

La avena, el arroz de grano largo y los aceites de canola y oliva se compran en Sams, ¡Ah! La carne fresca, en el colmado de Buenavista, al frente del beauty de Mari. Y el que le da el mejor corte y machaca los bistecitos es don Manolín.

¿Mala Madre? Sí. Pero con la lista de víveres, mis hijos aprendieron ortografía, economía, administración empresarial, lógística, y a usar brújula invisible antes de que llegaran los GPS (que para ustedes, nietos de mi esposo, serán cotidianos hasta para ir al baño)

(Ilustración, del Web)

6 comentarios:

MacLovia dijo...

aqi ando Cassioooo qerida....
mira, para mi bebe, pitufito
"eres un chicharito palpitante q ansio locamenTe acunar en mis brazos, cuento los segundos, minutos, horas y dias, para tener un dedito tuyo entre mis dedos...
mientras tanto: Ya te adoro¡¡¡¡¡"

Mama Maclovia

Un lugar dijo...

Cassii, de verdad que eres única!, Claro que lo hiciste bien con los chicos, yo tuve que enseñar al papá, jejeje, y de paso la beba de 23 lo hace. Cuando nos fuimos a vivir solas tras la separación, ella ya me ayudaba, hacía la lista (pero desde los 5 no tenía faltas de ortogafía, ahora es cuando me pregunta algo, es más de números que yo)luego la compra iba en el auto que lo cargabamos y descargabamos nosotras, y a colocarlo en casa. Así sigue,, igual q los tuyos mirando a ver lo q ahorra en comida y combustible, ahor la que no tiene auto desde hace 3 años soy yo. De madre a Madres te felicito y te mando un beote enorme acompañado de un beso, mañana me voy a la tostadora para empezar con la radio. Muackss. Uru.

Cassiopeia dijo...

Mamá Maclovia!!!
Qué linda canción/poema para tu bebito! Estoy segura que le va a encantar.
Ya estará grande la casita del bebé!
Besos y bendiciones a los dos... que legan dentro de las pipas de las futuras mamis.

Cassiopeia dijo...

Uru de mi corazón, cuántas satisfacciones nos da la vida. Mira lo millonarias que somos las dos. Cuando leo los periódicos, o veo los noticieros, me reitero.
Valió el esfuerzo.
Según alabo al Cielo por lo que tenemos, pido por las que tienen menos.
A la vez, me apeno porque sé que muchas madres se fajaron trabajando y ahora los visitan en las cárceles o el cementerio.

Bendiciones en ésta nueva etapa. Te hablo por la otra línea!

Daia Galeano dijo...

"¿Mala Madre? Sí. Pero con la lista de víveres, mis hijos aprendieron ortografía, economía, administración empresarial, lógística, y a usar brújula invisible antes de que llegaran los GPS" qué aprendizaje mayor a éste?... hermosa entrada, muy divertida, me recordó mi infancia cuando iba con mi bolsita al negocio de la cuadra...Un gran abrazo querida Cassio

Cassiopeia dijo...

Daiana, preséntame a tus padres! Creo que además de ser contemporáneos, estudiamos en la misma escuela.
Besos