Se atreven a seguir mis locos desmadres...

jueves, 16 de junio de 2011

Súper Papá: "motivador" del deporte del aro y el balón (II)

Cuando algo no te gusta, no te gusta… y punto. Siempre lo he entendido así, especialmente con lo que deben ser “actividades recreativas”. ¿Cómo te va a divertir algo que no te gusta? Todavía más inaceptable –pienso yo- es obligar a un muchachito a pelearse con otros para quitarle un balón y tirarlo en un canasto.

Pude neutralizar el “castigo” de jugar baloncesto hasta que Mi Hijo Favorito de los Mayores cumpliera los 5. Ya para entonces, su Súper Papá había localizado una escuela con el temido “castigo”: clínicas y competencias de baloncesto para bebecitos de 5 años. “¡Horror!”, dijo la Mamá Gallina, “de ésta, el nene no se salva”.

Entonces, le pedí apoyo a mis padres, “los Agüelos de San Germán”, un pueblo de larga tradición de triunfos en el baloncesto con su equipo de “Los Monstruos Anaranjados”. Durante ese verano de “Camp Agüela”, les asigné la tarea de llevarlo a juegos del campeonato nacional, como hacían con nosotros. De paso, que le explicaran las reglas “en vivo”. El “crash course” incluiría los pitidos de mi madre y el vicio de mi padre de llevar un radio portátil para escuchar la narración de su comentarista favorito.

De regreso a casa, tras el verano “Camp Agüela", ya estábamos listos para que Súper Papá lograra su hazaña, pero nos dimos cuenta que todos los esfuerzos fueron en vano.

No le gustó y punto.

*La saga continúa…

2 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Si no le gusta no hay manera, ay a mi tampoco me gusta el basket.



Saludines Amigocha.

Cassiopeia dijo...

Bienque, dime como sabes que no te gusta... lo probaste?
(jijiji)

;p