Se atreven a seguir mis locos desmadres...

sábado, 30 de julio de 2011

“¡Vámonos! Esa película es vieja

La primera vez que lo dije fue en una sala de cine. Repleta. Tepe a tepe. Audible. Con alevosía. Con toda mi familia y para vergüenza de esos 3 hombres que me acompañan por la vida.

Ya habían pasado los anuncios comerciales; los de noticias con fines comerciales que no publican los noticieros serios; habían pasado los cortos de las películas de pronto estreno; las advertencias de no fumes, los de busca las salidas de emergencia, los de compra dulces, pop corn y refrescos; y el de cállate o te vas.

Tan pronto empezó a rugir el león de la Metro, y todos estaban a la expectativa, dije en voz alta, bien alta… “¡Vámonos, esa película es vieja!”.

En vez del esperado “¡Shhhhhh…!”, las risotadas fueron estruendosas. Los ujieres aparecieron a ver qué había pasado si todavía no habían pasado títulos ni la canción de presentación. ¡Qué rico reírnos antes de ver un drama/corta venas!

Paramount, Universal, Warner Brothers, Disney, Sony Pictures, Miramax Films, Touchstone, Twentieth Century Fox, Lionsgate, Echo Films, Gold Circle, New Line, Pixar, Dream Works, Patagonik Film Group… ¡He visto todas! Con la salvedad que ahora todos hacemos el comentario… cuando vemos las alquiladas de redbox en casa…

Aprendan nietos de mi esposo e Hijos de Mis Hijos: en el cine, ¡silencio! Porque no sabemos si en su época el resto de la audiencia tenga tan buen humor, o no hayan “visto” la película… (aunque tampoco podemos anticipar si habrá cines).

martes, 26 de julio de 2011

Betty la Fea: la que nos ennoveló

Ah… queridos Nietos de Mi Esposo, e Hijos de Mis Hijos.... Los recuerdos de las aventuras familiares que les quiero regalar, ¡son tantos! Una historia lleva a otra… y para ser justa les cuento que una fea nos enamoró y nos clavó -a todos- frente a la televisión a la hora de la "no-verla". En la entrada anterior les narré la forma en que nos burlábamos de las novelas. ¡Jajaja!

Hoy, les narro la manera en la que Betty Pinzón Solano se burló de nosotros.

La primera que cayó, ¡fui YO! ¿Mi excusa? Que no podía cambiar la tele de canal mientras ayudaba a mi esposo en la cocina. Sí, dije “ayudaba”. Ridículo el argumento, pero caí como fruta madura. El segundo fue Mi Hijo Favorito de los Menores, y el tercero… bueno, el que quedaba… Mi Hijo Favorito de los Mayores; el criticón por excelencia de esas bajezas de gente no pensante; de los que quedan extasiados frente a la caja idiotizante, mejor conocida como televisor. Por fin el argumento de una telenovela no era el de la/el rico y el/la pobre. Esta vez era la inteligente y fea a la que habían despreciado desde recién nacida, frente a... bueno... hay un resumen por la Web… pero cuidado que hay varias versiones… ¡y no todas las gordas son bellas!

Un extenso artículo del New York Times “justificó” los motivos para que gente sana de mente (ojo, que no es lo mismo que “sana y demente”), se hookeara con el culebrón. A mí, el NYT no me quitó la mala espina de que la fea “embelleciera” al cambiarle los lentes, el peinado y el closet. Eso le quitaría la mística a la fea; y yo gritaría, ¡al diablo el NYT!

Hablando del innombrable; “El diablo es puerco” fue la primera frase que pegó en casa. Y cuando menos lo imaginamos, ya también hacíamos como Patricia tirándonos hacia atrás la melena que ninguno llevaba y vociferando su característico “¡Desgraciado!”

Tal fue el arraigo de Betty La Fea, que Mi Hijo Favorito de los Mayores pidió una muñeca del personaje. El enano, por supuesto hizo el mismo pedido. La madrina de los chicos me hizo el favor de comprar las muñecas (de trapo y enoooormes). Una para el quinceañero que alistábamos para su primer viaje de intercambio estudiantil a Paris. En esos días también se le compró su primera caja de condones. ¡Vaya incongruencia!

Su hermanito recibió la suya (la muñeca, no la caja de condones) con los debidos juguetes de un chico de su edad.

Esa Navidad no se les tomaron fotos frente al Árbol de las Bendiciones (nuestro árbol de navidad vestido de fotos de la familia. Pensamos que no les gustaría documentar el evento. Lo que los chicos nunca pensaron fue en que su madre –que es esta chatita- lo plasmaría en un blog. ¡Tough luck!

Al grande hubo que grabarle todos los capítulos televisados que salieron mientras estuvo en Paris. Tan pronto pisó aeropuerto, el adolescente preguntó por las grabaciones. Durante varios días sorteó el orden de los VHS con los capítulos finales de la novela.

Después salieron otras versiones, pero en vez de novelas, fueron de “no-verlas”.

sábado, 23 de julio de 2011

Grrrrr “Gata Salvaje” en Mute

“Culebrones”, le dicen en España. Acá, honestamente, la palabra suena a cosa fea. Nosotros le decimos “novelas”. Y “noveleros”, tanto a los chismosos como a los “culebroneros”.

De todas formas, les cuento a ustedes -Hijos de mis hijos y nietos de mi esposo- un capitulo feo y cochino de nuestra historia familiar.

Al asumir el mando de la cocina para que nuestros hijos y yo no muriéramos de hambre al llegar a casa en las noches, mi esposo encendía un pequeño televisor para “no sentirse solo”. Entre las 7:00 y las 9:00 de la noche casi todos los canales pasaban novelas de amor, de despecho, de falsas ilusiones; de epoca, en escenarios naturales, fastuosos o low budget; sensuales, idiotas; con buenos actores, con aspirantes a camerinos… en fin…

Hubo una época en la que “Gata Salvaje” y coincidía con nuestra llegada a casa. Revoltosos y dispuestos a seguir con la serie de bromas que mantuvimos para sobrevivir el congestionado trayecto, los chicos y yo eliminábamos el volumen del culebrón (¡ya me gusta la palabra!), y con la tele en mute, nos inventábamos las voces y los parlamentos más absurdos. Nos reíamos tanto que su padre no se molestaba.

Si la pareja se iba a besar, decíamos atrocidades como “mi amor, no usaste Listerine y la boca te apesta a cebolla cruda con sardinas en aceite de oliva”; si se abrazaban, “eso es mi amor, límpiate los mocos en mi cuello, se siente delicioso”.

En la cocina, las cochinadas eran pura herejía; así que el jueguito no se extendió por mucho tiempo… so pena de matarnos de hambre.

Sin embargo, todavía nos miramos a los ojos, encorvamos los dedos como garras, los arrastramos suavemente por el pecho del que esté más cerca… y decimos “grrrrr… gata salvaje”. ¡Qué mal! Hasta donde yo tengo entendido, son los perros los que dicen “grrrrr”. Pero como es en mute… ¡no importa!

¡Larga vida a los noveleros-culebroneros de casa!

domingo, 17 de julio de 2011

Nuestro mundo "Al revés"

¡Ay María Elena! Para recondenarme la vida y verme brava, mis dos Hijos Favoritos me dicen que no recuerdan que yo les cantara NADA. Los huevones parece que tienen Alzheimer prematuro y selectivo. Pero… ¡Jaaaaa! Los agarré en el embuste.

Rebusqué en YouTube varias de las canciones de la Walsh, se las puse a Súper Papá, ¡y las reconoció al vuelo! “¡Eso también le cantabas a los nenes!”, me dijo. Claro, él no se las cantaba porque los hubiera asustado…

Así que chimicuines, nietos de mi esposo e Hijos de Mis Hijos Favoritos… no se les ocurra hacerse los zuecos. De paso, espero que no les toque un mundo tan al revés como el que nos ha tocado a nosotros. ¿Quién se opone?

¡Besitos intensos y de todos los ángulos a nuestros futuros niños y a sus megaespeciales madres!

jueves, 14 de julio de 2011

Nuestro Testamento…

Queridos Chimicuines: Aquí les copio “en palabras lindas”, lo que le he dicho tantas veces a sus padres; Mi Hijo Favorito de los Mayores, y a Mi Hijo Favorito de los Menores. Una desgracia que se lo diga ahora que lo releo desde un mensaje de mi amiga Ámbar, para honrar al autor -Facundo Cabral- tras su vil asesinato. Para saber más sobre él, naveguen en el buscador de su preferencia.

En estas épocas prehistóricas para ustedes, yo prefiero Google y Bing. Aunque hubiéramos charlado con él 10,000 noches cuando Argentina y el mundo nos lo prestó, no se me hubiera ocurrido pasarles este “testamento” que –de nuevo- resume en palabras bonitas todo lo que le hemos inculcado su abuelo y yo a sus respectivos padres. ¿Listos?

“No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que puebla”

Distraído de la vida que te rodea: delfines, bosques, mares, montañas, ríos. No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay 5,600 millones. Además no es tan malo vivir solo.

Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer, y gracias a la soledad me conozco, algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubinstein interpretaba como nadie Chopin a los 90. Solo por citar dos casos conocidos.

No estás deprimido, estás distraído, por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un solo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada. Además, la vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te aliviana para que vueles mas alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones.

No perdiste a nadie, el que murió simplemente, se nos adelantó, porque para >allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja por que nos hace desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida.

Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás.

Recuerda a Jesús: "Amarás al prójimo como a ti mismo". Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.

Además, la felicidad no es un derecho sino un deber, porque si no eres feliz, estás amargando a todos los que te aman. Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mandó a matar seis millones de hermanos judíos.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perugia, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileiros, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman, Mahler, Mozart, Chopin, Bethoven, Caravaggio, Rembrant, Velásquez, Picasso y Tamayo entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas....y si le ganas, serás humilde, más agradecido, por lo tanto fácilmente feliz.

Libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad, y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.

No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.
Ama hasta convertirte en lo amado, más aún hasta convertirte en el mismísimo amor.

Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruya hay millones de caricias que alimenta a la vida.

Facundo Cabral

("Atardecer en Cabo Rojo", foto de mi amiga Myrna Lugo)

domingo, 10 de julio de 2011

Feliz cumple hijito

Querido Hijo Favorito de los Mayores: Te celebramos el cumple 26 con Soledad, como te prometí. No cantó la canción que provocó tus primeras pataditas en la casita de mi vientre, pero no hizo falta. Después que te alcancé en aquella estrella, nos cambiaste la vida. Anoche estuviste presente conmigo y con tu padre, que no me soltó las manos en todo el concierto.

Claro, ni te creas único dueño de nuestros pensamientos (durante el concierto). Los compartimos con tu hermano y con la convulsa época sententosa que ustedes conocen por boca nuestra, la música "de protesta social", y por Wikipedia. No tengo que repetirte lo que significas en nuestra vida, ni por qué celebro como míos tus cumpleVidas. Tampoco por qué me controlo en público de hacerte las cucas-monas, y tonterías que hacemos en casa. ¡No es lo mismo a un adolescente, que a un abogado!

En fin, te digo las otras chulerías sobre nuestros amores en privado. Que no se enteren tus futuros hijos -los futuros nietos de mi esposo- ni las maravillosas madres que tendrán. Esos cuentos te tocan a tí.

Asegúrate que llegas de Montreal con el estuche de la hermosa pluma fuente que firmará tus actas notariales y otros documentos oficiales. Escoge el mejor. Es mi regalo material para tus 26. Pretende ser un recordatorio de lo importante que es proteger a los tuyos –tus futuros tesoros- y de paso, darle "Gracias a la Vida".

Te amamos.

(Ilustracion, de la Web... no iba a autofotografiar ese momento de intimidad familiar...)


viernes, 8 de julio de 2011

“¿Qué tal te fue hoy?”

Cuando le pregunto por los hijos a algunas colegas en la maternidad que conozco, me contestan en genérico. Estoy segura que no saben porque no conversan, o en último caso, porque no interrogan. Es que no todas hacen la pregunta que para mí es básica cuando nos llamamos al final del día, o nos sentamos a cenar juntos: “¿Qué tal te fue hoy?”

Las pocas colegas en la maternidad que me dicen que se valen de la pregunta, admiten que la contestación usual de sus hijos –sean niños, pre adolescentes, adolescentes, o jóvenes adultos- puede ser “bien”, “mal”, “más o menos”, “regu”. La misma contestación puede venir de boca de sus esposos, companer@s, amantes, parientes o dolientes. ¡Qué mal les va! En casa, una contestación simplista no tiene espacio. La advertencia temida es la siguiente:

-“Okey, ahora dame el cuerpo de la noticia”.

Y “¡ay!” del que no declare detalles. Claro, eso me pone a mí también en la obligación de desembuchar lo que hice durante mi día…

Pero es la única forma de saber “cómo va la cosa”; si alguien necesita ayuda ante cualquier evento; o si en efecto, vamos a celebrar los logros del que tuvo un gran día. Sepan, nietos de mi esposo, que en esta familia se conversa con hechos.

Por cierto, amig@ bloger@: “¿Qué tal te fue hoy?”

(Ilustración de la Web... hasta ahora, nadie ha fotografiado las dudas que esconde mi cerebro)

miércoles, 6 de julio de 2011

Nunca tendré otro bebé

A veces se pierde la esperanza en la humanidad. Los periódicos colaboran para que así sea. Y eso, es casi una desgracia. ¿Cómo es posible que una veterana periodista diga eso? Pues precisamente por lo de veterana. Confieso que estoy harta de ver noticias de guerras, asaltos, asesinatos, suicidios, corrupción, estadísticas que agobian, gobiernos que llevan los países al abismo, enfermedades incurables…

Lo admito: hoy amanecí con el desánimo arriba. Entonces, en el mismo momento en que me sentí “desahuciada” de felicidad; como si la bruja me hubiera chupado la alegría –como decía mi Madre Sustituta- apareció en mi celu una foto de Alexititito, biznieto de esa gran mujer que ya no está con nosotros.

Y yo –que ya había escampado la lluvia de mis ojos- texteé a mi sobrina postiza el siguiente mensaje: “Gracias x enviarme las fotos del angelito. Las necesito para animarme porque a veces pienso que nada vale la pena. Solo vivir de la esperanza de un nuevo dia con un sol como el que Dios te dio. Te amo, Princesa. (todavía te puedo decir como cuando eras chiquita?).

Mi Princesa –sobrina de mi Ángel de la Guarda/comadre/hermana regalada del Cielo por parte de mi Madre Sustituta- me contesto que “Siiiii” y con la foto que hoy replico del chico “riéndose con los angelitos”.

Insisto: “No tendré un hijo más”, pero me ilusionan los nuevos bebecitos. Para ellos insisto en que debemos continuar forjando un mejor país; un mejor mundo.

Por lo tanto, esposas/ parejas de mis Hijos, "siiiii" que quiero descendencia aunque no los conozca. Mi esposo está que baila de cabeza soñando con esos nietos que llevará a soccer, al golfito y al cine, después de acurrucarlos, mecerlos, cantarles (ejem… espero que no en voz alta)… Y espero que a su vez, ustedes, Nietos de Mi Esposo, tengan su propia descendencia, aunque los compren por eBay.

Besitos de nubes a todos los bebitos del mundo (para no despertarlos cuando sonrían con la Abuela y con los angelitos).

(Foto, del álbum familiar que se nutre de mi BlackBerry)

domingo, 3 de julio de 2011

La noche loca de Mima

Hay un espacio fino entre la adolescencia y la adultez en el que los padres a veces somos necesarios… y a veces no. Sepan madres de los hijos de mis hijos lo que nos sucedió. Y sepan, futuros nietos de mi esposo, que los padres no estamos de figura decorativa.

En ese periodo de descubrir música “diferente” mi hijo Favorito de los Menores descubrió una cantautora jovencita. La chica no había grabado con disqueras. Su música, en grabaciones cuasi artesanales se conseguía pirateada, o en la única tienda de ropa étnica (whatever that means), apta para chicas flacas, jóvenes, despreocupadas y libres… tal y como yo había sido hace 35 años.

Conocíamos algunas canciones de Mima porque el enano nos las hizo escuchar directo de la iPod en algún viaje de 3 horas para visitar a los abuelos de San Germán. El chico había rerepirateado las canciones de la tal Mima de un amigo que las había repirateado de otro que a su vez, las había pirateado. A mí me encantó el estilo desenfrenado e irreverente de la chica, que hasta ese día había sido un misterio.

Poco después, el amigo del amigo del amigo de mi hijo anunció un concierto de Mima en un café teatro bohemio. Todavía Mi Hijo Favorito de los Mayores no tenía licencia de conducir, así que Súper Papá ofreció a llevarlos.

¡Sorpresa! El café teatro era un antro de perdición a los ojos de un padre cuarentón y canoso, quien obviamente estaba fuera de lugar. La Mima se tardó más de 2 horas en salir al escenario y la gritería en el lugar era tal, que el Abuelo de mis Futuros Nietos –oficialmente sordo- no lo podía tolerar. La cajita de paciencia de mi esposo se quebró y pidió el reembolso de las taquillas. No pagó por ver un micrófono solo.

Los tres llegaron a casa con trompas por distintas razones: Papa Oso porque le hicieron perder el tiempo, porque olió humo de cigarrillo y de otras cosas; Osito Adolescente-Casi-Joven-Adulto porque lo hicieron ir a una “mierda” y perdió un tiempo precioso para jugar Sims en su compu; y, Osito Menor-Recién-Llegado-a –la Adolescencia porque se quedó sin ver a la misteriosa Mima.

Yo, la quiero conocer, escuchar su música, y hasta entrevistarla. Me parece que hace falta promover su talento, oculto por las leoninas casas disqueras. ¿Y si llega tarde a los conciertos? ¡Le regalo un reloj! Porque a Mima no la detiene ni la lluvia…

(Foto de la Gueb. Yo no estuve en el concierto del micrófono sin voz)

sábado, 2 de julio de 2011

“Mi’jito, me lo dices por facebook”

Cuando escuché eso por primera vez, entré en un ataque catatónico que muchos confundieron con un episodio de convulsiones. ¿Yo enterarme de las cosas de mis hijos por facebook? ¿Y qué de la comunicación que había desarrollado con ellos desde que eran bebecitos y les enseñé a decir “mamá”? ¿Y qué de aquellas horas conversando con ellos antes de que aprendieran a hablar? ¿Y cuando los acostumbré a comentar sobre los eventos diarios con el “¿cómo te fue hoy, mi vida?”

Naaaaa… eso no me va a pasar a mí, me dije. Entonces llegó facebook y lo cambió todo… hasta el texteo alteró el flujo de las conversaciones con mis principitos.

Anteayer, por ejemplo, Mi Hijo Favorito de los mayores, volaba San Juan-Miami-Montreal.

-“Textea cuando pases los gates”, le dije, para estar tranquila de que alguna/algún agente de seguridad no lo hubiera ordenado desvestirse y modelar para garantizar que no ocultaba drogas ni objetos punzantes (ouch…). Es tan guapo mi hijo, que cualquiera se puede aprovechar para alimentar la pupila.

-“Si Máma. Tranquila, te texteo”

-“¿Llevaste el cargador?”, le pregunté sin disimular la “Mamitis Aguditis Angustiusam Grado I”.

-“Si Máma. Tranquila. Tengo el cargador del iPhone”

-“¿Funciona bien tu iPhone en Canadá?”, y con el comentario, supe que había colmado la copa. Pero mi bebito respondió con la paciencia heredada de su padre.

-“Si Máma, funciona bien. Recuerda que he ido a Montreal muchas veces en los últimos años y siempre funciona”.

-“Okey, perdona, se me pasó. Es que el que tienes, es 3G, y ahora hay uno 4G”, dije haciéndome la boba que él sabe que no soy. Hummm… Y me dije a mi misma: “Misma Mamá Gallina, ‘watch out’, que un abogado que cumple 26 años el próximo sábado puede perder la paciencia...” Pero en este punto el gallineo era incontrolable:

-“Recuerda ponerle un seguro al carro que alquiles. Recuerda lo que nos pasó en Portugal”, dije prometiéndome a mi misma “Misma, 'enough'. Cierra el pico y encomiéndaselo a la Virgencita. ¡Tú, tan devota que eres!”

“Ya, Máma. Tengo el cargador, el iPhone, y el pasaporte. El carro tendrá seguro. Todo está bien”.

-“Okey, mi vida. Que tengas buen vuelo. Me avisas cuando llegues a Miami y luego a Montreal”.

El cuento se convirtió en una pesadilla porque el vuelo se atrasó más de 4 horas. Supuestamente se dañó una pieza del avión y cerraron el aeropuerto por alguna razón que no quiero conocer. El chico texteó cuando llegó a tierra firme en Montreal. Y ya. No lo he querido textear, ni llamar, ni dejarle mensajes de voz. Si el lo hace, Santo y Bueno. Pero trackearlo cuando está con su novia… jamás.

Eso de “Mi’jito, me lo dices por facebook”, se lo dejo a Vivian. Ella es mi amiga-colega en la maternidad-pero no en la forma de ser madre... ni en la de facebookear. Ahora bien, si mi comadre se entera de algo y me quiere decir...

¿Yo? Ni loca. Aunque me corroa. Ni se crean que voy a averiguar cómo le va, buscando sus estatus en facebook. ¿Y si dice una atrocidad que active mis convulsiones? ¡Nonines!

(Ilustración del Guebbbbb. No faltaba más. Los estoy anunciando...)