Se atreven a seguir mis locos desmadres...

domingo, 27 de marzo de 2011

Bezitoch a Máma

Ha pasado mucho tiempo. Ya creció. Soy consciente de que la opinión, gustos y sabores de los besos han cambiado mucho para Mi Hijo Favorito (de los Menores).

De chiquitito, solo quería darle “Bezitoch a Máma”. Babosos y con el sabor/olor de lo último que hubiera comido. Eran besos fogosos, rabiosos, traviesos… de boca chiquita… hacían blanco lo mismo en mis labios que en mi nariz; cuello, cabeza… o bien sonados en el oído.

El Cachetudo era dueño de las más regordetas mejillas que invitaba a que lo besuquearan. Las mujeres lo perseguían sin decoro, sobretodo, Ingrid y MariaJudith, mis compañeras de la Redacción. La rookie y la leyenda del periodismo –respectivamente- me lo perseguían entre los escritorios cerca de la hora del cierre.

Años después, cuando Tarkan grabó “La canción de los besitos”, Mi Hijo Favorito (de los Menores), rompió la alcancía y me compró el CD. Hoy día no creo que corra para evadir los bechitoz de chicas guapas y jóvenes. Yo, conservo el CD y los besazos que me estampa cuando llega de visita.

lunes, 21 de marzo de 2011

Luna, lunera, cascabelera

De haber sido pequeños, el pasado sábado hubiera llevado a Mis Dos Hijos Favoritos al punto más empinado del vecindario, por donde la luna se asoma desde que ellos la conocen. Les hubiera advertido que esa noche de perigeo la luna se vería cerquita… solamente a 356,577 kilómetros.

Les hubiera dicho que me sentía orgullosa de que ellos no le hubieran comido los cuentos a los “programas especiales” que auguraban desastres a causa de la Súper Luna Llena del 19 de marzo de 2011. Les hubiera pedido que grabaran en su “disco duro” esa noche para rememorar la experiencia con sus propios hijos cuando se repita dentro de 18 años.

Yo todavía recordaba la primera mia.

De paso, les hubiera enseñado el nombre de nuestro fiel satélite en otros idiomas… y les hubiera repetido el cuento de la tarde que me senté frente al televisor a ver como Neill Armstrong supuestamente ponía un pie en el suelo luna… y les hubiera dicho que buscaran en Internet sobre la polémica que ha puesto a dudar a muchos.

Los niños de estos tiempos –especialmente a los montessorianos- exigen datos, información, dudan y buscan más allá de lo obvio. Pero también les hubiera cantado la misma canción que me cantaba mi madre… que nunca me habló de distancias ni rutas satelitales, y mucho menos a dudar de los espectáculos televisados.

La misma canción a que les cantaría a ustedes, hijos de mis hijos, y nietos de mi esposo. La de la “Luna, Lunera, Cascabelera”. Y que sus padres se encarguen de los kilómetros, de las rutas de la luna, de las fases y los cambios en las mareas.

(Ilustración, del Web)

LUNA LUNERA CASCABELERA

Luna lunera, cascabelera
ve dile a mi amorcito por Dios que me quiera
dile que no vivo de tanto padecer
dile que a mi lado debiera volver.
luna lunera, cascabelera
ve dile a mi amorcito por dios que me quiera
dile que me muero que tenga compasión
dile que se apiade de mi corazón.
ay lunita redondita
que la espuma de tu luz
bañe mis noches.
ay lunita redondita
dile que me has visto tu
llorar de amor.
de amor.

sábado, 19 de marzo de 2011

La Generación de los ¡Ay!

Desde el comedor escuché un alarido causado por un iPhone: el grito desesperado del Padre de las Criaturas (por “Criaturas”, entiéndase “Mi Hijo Favorito de los Mayores”, y “Mi Hijo Favorito de los Menores”). Explico: el hombrón de 58 años le pedía auxilio al nuevo profesional, de 25.

-“¿Cómo llamo?”

-“¡Ay Papa, marcando los números! Pero si los tienes en el directorio, mejor.”

-“¿Así?”

-“¡Ay Papa! ¡Noooo! Los nombres van donde dicen ‘name’ y los apellidos, donde dice ‘last name’. Si lo pones todo junto, pudiera no ser tan fácil encontrarlos!”

-“¿Y cómo encuentro los mensajes entre todos estos cuadritos?”

La “conversación” transcurrió a consecuencia del temerario cambio de un BlackBerry a un iPhone 4. Por más que se lo dije, no hizo caso.

-“Mi Amor, que eso de los iPhones no es para todo el mundo. El teclado es truquero. Si viras el telefonito, las imágenes se ven a lo ancho y te puedes confundir. Tienen tantas aplicaciones que un día de 24 horas no te va a alcanzar para explorar ni una octava parte”, le había dicho yo. “Los muchachos tienen tiempo para esas vainas, espera a que te jubiles…”

Pero no me hizo caso. Ahora no puede ni siquiera hacer lo que le hizo cambiar de BB a iPhone: integrarse a las conference calls de su trabajo. De aquí a que aprenda… se habrá jubilado…

A los muchachos les ha tocado nacer y criarse en la Generación de los iPods, iPhones, iTunes y iPads… o sea: "Ay Pods", "Ay Toch", "Ay Founs", "Ay Pads". ¿A nosotros? La época de los “¡Ay! ¿Y ahora, qué hago?” Estoy segura que a ustedes, Hijos de Mis Hijos y Nietos de mi Esposo tendrán en sus manos inventos mas interesantes… ¡Buena suerte con sus hijos!

lunes, 14 de marzo de 2011

Per me per sempre

No sé suficiente italiano como para traducirla palabra a palabra, pero puedo garantizar que sería la canción que le hubiera cantado a la hija que no tuve… aunque estoy clara de que los hijos no son propiedad de los padres.

Cuando la escuché por vez primera pensé que “Per me per sempre” estaba dedicada a una mujer/amante.

Tiempo después, me regalaron el DVD de un concierto de Eros Ramazzoti en Roma (estoy casi segura que fue en Roma). Cuando cantó “Per me per sempre”, en la pantalla grande enfocaron a su hijita mientras la entonaba simultáneamente. No lloré el italiano, pero me emocioné en español con correntones de lágrimas sin idioma.

A muchos no le gusta la voz completamente nasal de Eros. De hecho, los italianos que conozco lo detestan –al igual que a Laura Pausini- porque alegan que está “comercializado en América”.

De todas formas, queridos hijos de mis hijos (y quién sabe si hijas de mis hijos) y nietos y/o nietas de mi esposo… aquí les regalo el video oficial de mi Canción de domingo, en lunes... cuya clave eliminaron. De haber encontrado mi DVD hubiera hecho trampa para duplicarlo para beneficio de los que ni estuvimos en el concierto, ni vieron el DVD.

(Ilustración del Web)

http://www.youtube.com/watch?v=oi-5uMm4JU0

domingo, 6 de marzo de 2011

Coreografías en la cocina

Hasta ahora –cuando mis bebitos son unos hombrones- no me había detenido a pensar porqué a sus padres le gusta tanto cocinar. Estoy segura de que la razón principal es porque les gusta comer. Puede que haya influenciado en que tanto a su padre como a mí nos encanta cocinar y nos divertía hacerlo… excepto cuando él interfería en mi metodología de “sazón a ojo”.

Por eso, ustedes –hijos de mis hijos y nietos de mi esposo- no se asusten cuando vean a sus maravillosas madres hciendo lo mismo que por tradición se ha hecho en casa.

Desde siempre, “mi” cocina fue un mini-salón de baile gracias a la magia de un radio blanco clavado debajo de uno de los gabinetes. AM, FM y CD’s provocaron todo tipo de bailes. Boleritos con aromas a cebollas y a recao; salsa para la salsa… o sal y la pimienta bailando el chachachá. Solo competía con la música el sonido de la olla de presión.

Poco después, mi esposo instaló un pequeño televisor con capacidad para VHS. “¡Nada de películas cuando se cocina!”, dijo La Generala, que soy yo. Pero por mucho que mandara, siempre cedía a los reclamos de la mayoría... ¡Tremendo autoritarismo! Así que aunque hubo películas, la música siempre tomaba por asalto la cocina aunque fuera por los “canales de video musicales”.

El jolgorio se descontroló cuando la maquinita de DVD’s llegó a la cocina. Sospecho que ya sería porque los chicos eran más grandecitos y me convencían con besos azucarados. La época coincidió con las grabaciones de conciertos y películas.

Destaco que cuando llegó Shrek, practicamos la coreografía final dando traspiés entre el pasillo de entrada y el counter (unos) y otros entre el counter y la estufa. Durante la visita de una de mis hermanas -su tía abuela Marinés- hicimos bailar hasta a su esposo Ignacio y mis bellas sobrinas Coralys y Natalia… ”Dance to the Music…!” Por supuesto que pasamos el DVD de Shrek a la sala de estar y el grupo entero –capitaneado por La Generala- calcamos la bailadera que nació entre los aromas a cebollas y recao.

(Ilustración, de la Web)

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NOTA de la Generala:

¡Acabado de recibir! Mi Hijo Favorito de los Menores acaba de enviarme un mensaje por gmail. Me reclama no haber incluído el concierto “Fina Estampa” de mi novio Caetano Veloso… y yo, como soy “blandita de corazón”, lo complazco… porque lo bailamos y lo cantamos... hasta memorizar cada gesto. Y él como es tan pícaro...

Aquí te complazco, Mi Capullito de Alelí: