Eso me pasó con uno de los campamentos de verano de los chicos.
Tres días después de que comenzara, tuve motín a bordo. Los argumentos del primer día me parecieron interesantes, muy montessorianos, pero cuestionables: “no nos gustan las actitudes de los líderes”, “el campamento no está organizado adecuadamente”, “los otros camperos son unos inmaduros y tontos porque nos dividieron por edad y eso no es justo”.
El segundo día ya fueron más concretos y convincentes: “los baños huelen mal”, “el almuerzo era asqueroso, no sabe como tu comidita”, “los niños se pelean mucho y no podemos estar cerca para protegernos”.
¿El tercer día? No hubo tercer día porque se negaron a levantarse… y fueron muy convincentes: “es lo peor que nos ha pasado en la vida”, “es peligroso”, “no es seguro”, “los salvavidas de la piscina no saben nadar”.
-“¿Qué queeee? No mi’jitos. Si es así, hoy trabajo desde casa en lo que busco un Plan B porque todavía este mes no era para “Camp Abuela”, y no creo que ella pueda…”
Los listines ya lo tenían todo planificado, incluido el argumento final: “¡podemos usar las camisetas del campamento en la finca con los abuelos!”. Y así fue como las 10 camisetas del campamento de ese verano me costaron el precio total de la matrícula de ambos chicos.
6 comentarios:
je je je son únicos je je
Un beso
Canoso,
Son adorables también. Creo que van a molestarse con la publicación de todas estas intimidades; pero te prometo que el que ya es abogado no me demandaría (no creo que atreva), y el inversionista no rechistaría. Aunque es arriesgado, no ejecutaría movimientos si yo levanto una ceja.
Un abrazote deMadre!
E o post em português? ;)
RAYOS!
Mariana!!!
Habia olvidado los posts en portuges los dias 9!
PERO SON EN OTRA CASITA...
A ver como los retomo!
Gracias, Bella!
xoxoxo
Que mala pata...
Te tomaron la medida Amigocha, ni modo.
Besos.
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