Se atreven a seguir mis locos desmadres...

domingo, 19 de febrero de 2012

“Nova 1972” (I)

El primer vehículo que condujo Mi Hijo Favorito de los Mayores, fue un Nova de 1972. Era azul pavo con capota blanca y muy sexy en sus buenos tiempos. Fue el regalo que recibió mi esposo al graduarse de Escuela Superior. No es que su familia fuera rica… así que me imagino que fue un gran sacrificio para el bolsillo de sus padres. Yo siempre he pensado que es una barrabasada regalarle un carro nuevo a un hijo. Pero eso es tema para otro día.

Después de ser testigo mudo de jodederas universitarias, la nave azul estuvo estacionada en la casa de los padres de mi esposo por más de 20 años, hasta que nuestro primogénito sacó su licencia de conductor. Nunca supe si el auto salió de su garaje original cuando los abuelos se dieron cuenta que esta chatita no le regalaría un carro a un muchachito de 16 años… o, si el regalo era la excusa perfecta para salir de un "dinosaurio quema pozos de petróleo". El hecho es que cuando Mi Hijo Favorito de los Mayores llegó al colegio conduciendo aquél maquinón de lata vieja, ni él mismo se lo creía. Los hijos de los riquitillos del colegio jesuita usaban carros deportivos nuevos, o los BMW heredados de sus madres (quienes a su vez los sustituyeron por modelos más modernos); ¡y le hicieron una rueda para “admirar” el adefesio que apenas tenía radio y cassette player!

¡No podían creer que el chico condujera un modelo desaparecido hasta del recuerdo de sus padres! De hecho, los padres también giraban la cabeza admirando el milagro de que semejante pieza de museo maltrecho todavía rodara las vías públicas sin despedazarse. No sabían que se logró con un buen cambio de aceites y otros fluidos, la revisión de frenos y otras piezas imprescindibles para la seguridad de mis muchachos. Invertimos también en el tapizado y las 4 gomas; no faltaba más. De enterrársele un resorte en las nalgas… ¡se le hubiera roto el pantalón del uniforme!

La gran ventaja era que mi esposo no tendría que levantarse temprano para llevarlos a la escuela. Y que ellos tendrían un cierto nivel de “independencia” a los 17 y 12 años… aunque estuvieran “atados” a escuchar el único cassete que había sobrevivido la era de los CD’s y las i-Pods. De todas las piezas, hoy rememoran la que menos le gustaba, pero de tanto escucharla, la cantan de memoria recordando cuentos que no han compartido con nosotros. Por eso “Celos” es hoy la Canción de Domingo... aunque no nos guste... yo ya la tarareo...


5 comentarios:

Alondra dijo...

Hermosa historia, en este lado del charco los jóvenes no pueden conducir hasta los 18, algunos privilegiados tienen moto los demás en el coche de San Fernando (un poquito a pié y un poquito andando.
En casa los chicos no han tenido hasta que empezaron a trabajar, y este año la niña ha heredado el familiar que ya le tocaba jubilación pero con un poco de cirugía quedó listo para ir y venir de su casa al trabajo.
Lo bueno de los "tronco móvil" son los secretos que guardan y todavía tienen corazón para guardar muchos más.
Un abrazo

Cassiopeia dijo...

Alondra, que lindo compartir mis desMadres con los tuyos. Y siiiii...
Si los tonco-móviles hablaran, muchos meteriamos la cabeza debajo de la tierra...

Abrazotes

Cassiopeia dijo...

Por cierto, Alondra, detesto a Marc Anthony. Solo me gusta en 2 ó 3 canciones... y esa, Celos, ¡Es detestable!
Abrazotes, querida.

la MaLquEridA dijo...

No imagino veinte años en el garage guardado un auto je.

Marc Anthony es muy gritón, de todos modos no puedo oírlo, mi compu padece muditis aguda y mi médico de cabecera no está para que la revise.


Besos Amigocha.

Cassiopeia dijo...

¡Bienque! No son 20... El Nova 1972 ya no está con nosotros... Como dicen los obituarios... El que no se va (no-va) es un Volvo de 1984... Pero ese es otro cuento aparte...
Besos