Interrumpimos
la programación del blog, para emitir un alerta de Cumpleaños Huracanado por segunda vez
en la vida de nuestro amado Hijo Favorito de los Mayores.
El
primero fue en 1996, cuando Bertha nos sorprendió.
Unas 6 casetas de acampar acomodaban a 18 adolescentes en nuestro patio. Ellos
no durmieron. Nosotros tampoco. ¿Los vecinos? Sus hijos estaban en nuestro
patio también, y nunca le hemos preguntado.
Después del desayuno en
masa, Mi Esposo Favorito salió al supermercado a comprar helado para la fiesta
de cumpleaños. En la fila del supermercado, la víctima de mis amores fue el
punto de atención. Las filas de compradores impacientes en cada una de las 6
cajas registradoras cargaban cajas con botellas de agua, comida enlatada y
utensilios sanitarios anticipando fallas en los servicios de agua y luz…
En ese momento Mi Esposo
Favorito se enteró de que estaba llegando Bertha. Lo que no sabía el resto en
Servicio Nacional de Meteorología era que nosotros ya habíamos sufrido los
estragos de un feliz cumpleaños.
Hoy, Mi Hijo Favorito de los
Mayores cumple 28, y por ahí viene Chantel.
Pensé enviarle al
apartamento a una chica vestida de Marilyn Monroe para que le cantara “Happy
Birthday” como le hizo la MM original a JFK. Obviamente hubiera sido para el disfrute
de sus amigos y vergüenza del cumpleañero.
Desistí de la idea porque ya
Janet, la esposa de Fernando –sus entrañables amigos, vecinos y padrinos de
boda- me dijeron que van a cenar a La Puttanesca. Especifico que se trata de
una pizzería “New York Style” (¿?), localizada en un barrio de re-puta-ción
dudosa.
Pero la sabia Súper Mamacita
de la Criatura, aprendió hace muchos años que a partir de la mayoría de edad, Papá,
Mamá y hermano celebran el fin de semana antes un cumple chiquitito privado, con un bizcocho chiquitito y velas que chispeteen estrellitas requetechiquititas. Así
el día oficial del onomástico, el joven adulto lo celebra con sus amigos,
cervezas… y este año, también con Chantel.
Felicidades, Hijo Favorito (de los Mayores)